Lo que se desea es que esta ley prohíba que las compañías de transporte trabajen sin al menos cubrir sus costes de funcionamiento, lo que es llamado comúnmente “dumping”. Esta práctica puede ser explotada por empresas grandes para ofrecer precios bajos por sus servicios, atrayendo clientes de empresas más pequeñas o nuevas para eliminar la competencia. Este tipo prácticas abusivas dificultan tener un entorno de sana competencia y hace que sean más propensas situaciones de monopolio u oligopolio en el sector. De esta misma manera, se quiere que la Ley de cadena de transporte traiga además regulación a la subcontratación. Esto para evitar que intermediarios con un trabajo de nulo o poco valor añadido entorpezcan y encarezcan las actividades y acuerdos dentro del sector.